(san Ambrosio).
La Biblia de Jerusalén da a este salmo el título de:
De profundis, salmo de esperanza.
DEL SEÑOR PROCEDE EL PERDÓN.
Este salmo es un canto a la misericordia Divina
y a la reconciliación entre el pecador y el Señor.
De lo profundo de su angustia y preocupación, el salmista clama a Dios, seguro de alcanzar la misericordia de Yahvé. Desde lo profundo de su aflicción se dirige a Dios para que le preste auxilio. Pues sabe que el Padre Eterno es un Dios justo e infinitamente clemente, siempre dispuesto a mostrarse «compasivo y misericordioso, siempre dispuesto a perdonar". Dios es un Padre amoroso, al que debemos amar no por miedo a un castigo, sino por su bondad.
SALMO 129
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su Palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y Él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y Él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
OREMOS
Vuelve hacia nosotros tu mirada, Señor
y danos tu perdón.
Pues en ti reside la misericordia
y la abundancia de perdón.
Como el hijo pródigo retornó a su padre,
vamos nosotros hacia ti.
Acude, Señor a nuestro encuentro,
danos la gracia de tu amor.
Padre de misericordia,
acudo a tu paternal y amorosa protección
buscando la paz y el perdón;
quita de mi corazón toda mala acción y palabra,
concédeme la gracia de confiar en tu misericordia Divina,
aleja de mí todo rencor, toda debilidad, todo egoísmo,
y enséñame a saber perdonar a los demás y a mi mismo;
abre mi corazón a un profundo y permanente amor a Ti,
y dame fortaleza y humildad para no volver a errar,
dame la gracia de la valentía para superar mis faltas y ser mejor
e ilumina mi conciencia para vivir de acuerdo a tu Voluntad.
Así sea.
Rezar tres Padrenuestros y Gloria.
Padre de misericordia,
acudo a tu paternal y amorosa protección
buscando la paz y el perdón;
quita de mi corazón toda mala acción y palabra,
concédeme la gracia de confiar en tu misericordia Divina,
aleja de mí todo rencor, toda debilidad, todo egoísmo,
y enséñame a saber perdonar a los demás y a mi mismo;
abre mi corazón a un profundo y permanente amor a Ti,
y dame fortaleza y humildad para no volver a errar,
dame la gracia de la valentía para superar mis faltas y ser mejor
e ilumina mi conciencia para vivir de acuerdo a tu Voluntad.
Así sea.
Rezar tres Padrenuestros y Gloria.
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