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SAN ANDRES APOSTOL, ORACION PARA SOLUCIONAR GRAVES PROBLEMAS EN EL HOGAR

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Oh Glorioso apóstol san Andrés, 
que recibiste la llamada y seguiste al Cordero de Dios
dejando de ser pescador de peces
para ser por siempre pescador de hombres 
y tuviste el privilegio de ser el primer discípulo de Jesús;



 tú que aprendiste de Él lo que es el amor hacia los demás
escuchaste su Palabra y presenciaste sus obras y milagros
y después de recibir al Espíritu Santo,
en forma de lengua de fuego, 
junto a María Santísima y los demás Apóstoles
 te dedicaste a predicar valientemente el Evangelio
y obraste numerosos prodigios y milagros,
tú que tuviste la suerte de vivir con El en familia,
te pido lleves mis peticiones al Divino Maestro
para que envíe bendiciones a mi hogar
que ahora pasa por serios problemas y necesidades.

San Andrés lleno de fidelidad hasta la muerte, 
que fuiste atado a una cruz donde padeciste por tres días
y desde ella seguías hablando a la gente del Buen Jesús,
te ruego me otorgues tu protección
y por la Santa Cruz de Nuestro Señor
te pido me ayudes en mis problemas, en mis tristezas,
 intercede ante el trono de su Divina Majestad
y ruega para que mis deseos se cumplan
y pueda obtener la ayuda especial que necesito en:
 
(decir el problema y lo que se quiere conseguir).
 
No tardes en llevar mis peticiones y ruegos
pide a Jesús, verdadero Dios y todo caridad,
que aplique su mano bienhechora sobre mi familia
y remedie todos los males que nos aquejan,
que nos llene de amor, salud, paz y abundancia.
 
También te pido me enseñes a seguir a Jesucristo,
y que tu ejemplo me sirva para hacer buenas obras
y no apartarme del los caminos que conducen al Cielo.

Por Jesucristo, nuestro hermano y Señor.
 
Amén.

Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
 
 
 ORACIÓN DE SAN ANDRES ANTE LA CRUZ

«Salve, oh Cruz,
inaugurada por medio del cuerpo de Cristo,
que te has convertido en adorno de sus miembros,
como si fueran perlas preciosas.

Antes de que el Señor subiera sobre ti,
provocabas un temor terreno.

Sin embargo, ahora, dotada de un amor celeste,
te has convertido en un don.

Los creyentes saben cuánta alegría posees,
cuántos regalos deparas.

Confiado, por tanto, y lleno de alegría,
vengo para que tú también me recibas exultante
como discípulo de quien fue colgado de ti…

Cruz bienaventurada,
que recibiste la majestad y la belleza
de los miembros del Señor…,
tómame y llévame lejos de los hombres
y entrégame a mi Maestro
para que a través de ti me reciba
quien por medio de ti me ha redimido.

¡Salve, oh Cruz, sí, verdaderamente, salve!».  

 

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