Este bello poema, atribuido al rey David, es una lección de confianza y tranquilidad en Dios.
El salmista compara al Señor con un complaciente Pastor que se preocupa por nosotros, sus ovejas, y lo asemeja con un bondadoso Padre de familia que con su solícita Providencia concede seguridad y siempre recibe en su seno, amorosamente y con generosidad, a los que a Él acuden.
Nos dice que el nombre de Yahvé es garantía de triunfo, pues nos brinda su amistad, nos defiende de todo enemigo y peligro, nos protege de toda adversidad en la vida, y nos provee abundantemente de todo, por lo cual debemos poner toda nuestra confianza en Dios, pues nunca nos fallará y con El nada nos faltará.
Nos dice que el nombre de Yahvé es garantía de triunfo, pues nos brinda su amistad, nos defiende de todo enemigo y peligro, nos protege de toda adversidad en la vida, y nos provee abundantemente de todo, por lo cual debemos poner toda nuestra confianza en Dios, pues nunca nos fallará y con El nada nos faltará.
SALMO 23
"El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo".
OTRA VERSIÓN
"El Señor es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce.
El restaura mi alma;
me guía por senderos de justicia
por amor de su nombre.
junto a aguas de reposo me conduce.
El restaura mi alma;
me guía por senderos de justicia
por amor de su nombre.
Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento.
Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
has ungido mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia
me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor morarépor largos días".
y en la casa del Señor morarépor largos días".
OREMOS
Señor, Dios Padre Poderoso, escucha mi oración,
Tú que eres fiel, escucha mis suplicas,
Tú que eres justo, y bueno, y clemente,
atiende mis necesidades;
a Ti que habitas en el Cielo levanto mis ojos
porque por tu amor espero tu misericordia:
(solicitar confiadamente, y con gran fe y esperanza,
la ayuda especial se quiere conseguir
de la Divina Providencia de Dios).
de la Divina Providencia de Dios).
Tu eres mi Pastor, Señor,
contigo nada me habrá de faltar.
Así sea.
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