Oh Santos Ángeles Celestes, purísimos y sabios,
cuya inteligencia refleja la luz Divina,
y cuya voluntad trae hacia nosotros las Divinas bondades;
abogados poderosos ante la adorable Providencia de Dios,
que con amorosa dedicación y gran fidelidad
le presentáis nuestras buenas obras y deseos
y suavizáis nuestros fallos y defectos.
Ángeles Santos, fuertes y poderosos,
Ángeles Santos, fuertes y poderosos,
postrado ante vosotros os rindo veneración y amor,
y doy las gracias al Señor
que os ha enviado para que tan caritativamente me protejáis,
me custodiéis, vigiléis y socorráis,
y os las doy a vosotros, soberanos espíritus, suplicándoos
que nunca me abandonéis y sigáis estando a mi lado.
Vosotros que lleváis con presteza nuestros rezos a los Cielos
y rogáis por nosotros al Señor, a Jesús y la Virgen Santísima
para que nos otorguen su compasión,
y nos asistan con su clemencia y misericordia,
ahora que me siento lleno de pesar y desesperación,
invoco vuestra presencia benéfica,
imploro vuestro enorme poder y fuerza,
vuestra misteriosa y milagrosa ayuda en mis desdichas.
Os pido que solicitéis para mí las gracias y auxilios necesarios
para solucionar mis carencias, problemas y dificultades:
(exponer con sencillez y con gran fe y confianza
lo que tanto se desea obtener).
Oh mis queridos Santos Ángeles Celestes,
limpísima llama de caridad,
revestidos de grandeza y ceñidos de poder,
que con vuestra presencia permanente en nuestra vida,
nos comunicáis esperanza y nos dais fortaleza
y no dejáis de favorecernos con vuestros incesantes favores,
llevad cuanto antes mis suplicas a Dios Padre,
Dios Hijo y Dios Espíritu Santo
y pedid la intercesión de María Santísima,
Reina y Señora vuestra y mía,
para que reciba lo que con inmensa certidumbre y esperanza
he solicitado desde lo más profundo de mi corazón
y así se termine mis angustias e intranquilidades.
Gloriosísimos Ángeles, hermanos y compañeros,
invencibles protectores de los hombres,
llevadnos siempre de la mano
para que podamos avanzar rectamente en esta vida,
para que sepamos amar, alabar, adorar y servir a Dios
y así seamos dignos de sus gracias y salvación,
apartadnos de los peligros y enemigos,
sed nuestros abogados para con el Altísimo, Jesús y María,
cuidad nuestra felicidad librándonos de las cosas adversas,
y conducidnos en gracia desde esta vida a la vida Eterna.
Así sea.
Rezar el Credo y la Salve.
Hacer la oración y los rezos durante nueve días seguidos.
No hay comentarios