Divino Señor de los Señores,
mi amado, mi bien, mi auxilio,
concédeme tu amor, tu bendición y favores.
Poderosísima y milagrosa Imagen
de nuestro Señor Jesucristo,
mi amado, mi bien, mi auxilio,
concédeme tu amor, tu bendición y favores.
Poderosísima y milagrosa Imagen
de nuestro Señor Jesucristo,
que bajo la advocación de Señor del Veneno
eres venerada y alabada
pues no dejas de ayudar a quien a ti acude
en busca de paz, tranquilidad y ayuda.
Yo te ruego,
que así como le salvaste la vida
a su Señoría ilustrísima
cuando por medio de tu sacratísimo cuerpo
trataron de envenenarlo al ir a besar tus Divinos Pies,
así te lo suplico, ¡oh adorado Señor!,
que el ponzoñoso veneno del pecado
no penetre más en mi corazón,
haz que se purifique
ejercitando todas las obras que sean de tu agrado.
Es lo que te pido en honor
de tu admirable transfiguración,
con lo que manifiestas lo grande
de tu infinito poder.
Así sea.
Padrenuestro que estas en los cielos...
Sabiendo que para Ti no hay imposibles,
mi amado Señor del Veneno,
te suplico desde el fondo de mi ser
y con toda la confianza puesta en tu poder,
me ayudes en mis angustias e intranquilidades,
te ruego con toda mi fe y esperanza
que me concedas el auxilio que necesito
para remediar mis grandes dificultades:
(pedir con mucha fe lo que se desea obtener).
Dame tu bendición y favores,
amado Señor crucificado. (Repetir tres veces)
Milagroso Señor del Veneno,
Cristo negro de brazos rígidos y yertos,
al contemplarte en esa Cruz,
con tu cuerpo llagado de amores
y con los clavos de mis pecados traspasado,
quiero compartir tus dolores.
Concédeme subir a la Cruz contigo
para alcanzar tu misericordia,
para así borrar del todo mi pasado
y vivir por siempre sin temores,
evitando la muerte del pecado.
Padrenuestro que estas en los cielos...
Sabiendo los milagros y prodigios que obras
en favor de los que a Ti acuden,
te ruego mi amado Señor del Veneno
que me ayudes con tu poder y bondad
a remediar mis muy difíciles y graves problemas,
haz que pueda conseguir lo que tanto necesito
y es causa de mi desesperación y angustia:
(repetir con mucha esperanza la petición).
Dame tu bendición y favores,
amado Señor crucificado. (Repetir tres veces)
Divino Señor de los Señores,
mi amado, mi bien, mi auxilio.
Protégeme, Divino Cristo moreno,
de la envidia y venganza de mis enemigos,
para que nunca el daño de los malhechores
engendre en mi corazón el odio y veneno
por el mal que me causen sus errores.
Bendito Señor de los Señores
son tantas las penas en mi vida,
que me aquejan noche y día,
son tantos los sufrimientos sin medida
que sumarlos quiero a tu pasión y dolores,
para cicatrizar con gloria tus heridas
Divino y Bendito Señor de los Señores.
Así sea.
Divino Señor de los Señores,
mi amado, mi bien, mi auxilio,
concédeme tu amor, tu bendición y favores,
mi milagroso Señor crucificado. (Repetir tres veces).
Rezar el Credo, Padrenuestro y Gloria.
Hacer la oración y los rezos tres días seguidos.
Cristo negro de brazos rígidos y yertos,
al contemplarte en esa Cruz,
con tu cuerpo llagado de amores
y con los clavos de mis pecados traspasado,
quiero compartir tus dolores.
Concédeme subir a la Cruz contigo
para alcanzar tu misericordia,
para así borrar del todo mi pasado
y vivir por siempre sin temores,
evitando la muerte del pecado.
Padrenuestro que estas en los cielos...
Sabiendo los milagros y prodigios que obras
en favor de los que a Ti acuden,
te ruego mi amado Señor del Veneno
que me ayudes con tu poder y bondad
a remediar mis muy difíciles y graves problemas,
haz que pueda conseguir lo que tanto necesito
y es causa de mi desesperación y angustia:
(repetir con mucha esperanza la petición).
Dame tu bendición y favores,
amado Señor crucificado. (Repetir tres veces)
Divino Señor de los Señores,
mi amado, mi bien, mi auxilio.
Protégeme, Divino Cristo moreno,
de la envidia y venganza de mis enemigos,
para que nunca el daño de los malhechores
engendre en mi corazón el odio y veneno
por el mal que me causen sus errores.
Bendito Señor de los Señores
son tantas las penas en mi vida,
que me aquejan noche y día,
son tantos los sufrimientos sin medida
que sumarlos quiero a tu pasión y dolores,
para cicatrizar con gloria tus heridas
Divino y Bendito Señor de los Señores.
Así sea.
Divino Señor de los Señores,
mi amado, mi bien, mi auxilio,
concédeme tu amor, tu bendición y favores,
mi milagroso Señor crucificado. (Repetir tres veces).
Rezar el Credo, Padrenuestro y Gloria.
Hacer la oración y los rezos tres días seguidos.
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