El bendito san Martín partió de este mundo,
y ahora vive dichoso con Cristo,
como gloria de la Iglesia y del mundo entero.
¡Oh glorioso soldado romano,
que fuiste de Dios conferido
a cumplir el don de la caridad!
Por las pruebas más grandes
a que fuiste sometido por el Señor
yo te pido de todo corazón
que combatas la miseria de mi casa.
que la caridad de tu Alma
me siga a dondequiera que vaya.
Que tu espada milagrosa
destierre los maleficios en mi vida
y que las herraduras de tu brioso corcel
me proporcionen suerte en todos mis negocios.
¡Oh San Martín Caballero!
Del Señor fiel misionero.
¡Líbrame de todo mal!
¡Protégeme siempre!
Para que nunca me falten la salud,
el trabajo y el sustento!
Amén.
OREMOS
Renueva, Señor, en nosotros
las maravillas de tu gracia,
para que, al celebrar la memoria de san Martín,
obispo, que te glorificó,
tanto con su vida como con su muerte,
nos sintamos de tal modo fortalecidos,
que ni la vida ni la muerte
puedan separarnos de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
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