Oh bendita santa Clara, dulzor de bondad,
que por tus méritos brillas en el cielo
con admirable claridad de gloria,
y, por tus virtudes y extraordinarios milagros,
brillas aquí en la tierra deslumbrándonos con tu poder,
con respetuosa devoción y afecto te rendimos alto honor
y acudimos a ti con esperanza para solicitar tu ayuda.
Oh Santa Clara, joyero de castidad,
que deseando consagrarte solamente al Señor,
y por el gran amor que sentías hacia El
te desposaste, de todo corazón, con Cristo,
renunciaste al deseo de las cosas temporales,
y siguiendo en todo las huellas de Aquel
que por nosotros se hizo pobre,
y nos mostró el camino, verdad y vida,
distribuiste entre los necesitados todas tus riquezas,
y con pobreza, humildad y oración
dedicaste tu vida a las obras de caridad y piedad;
tú que dirigida por san Francisco
te entregaste servicio perfecto de Cristo,
y fuiste manantial de beneficios y prodigios
para los que sufrían por problemas y necesidades,
escucha y atiende nuestras plegarias.
escucha y atiende nuestras plegarias.
Santa Clara, divina niña, que con ardor de generosidad
difundiste y sigues difundiendo luminosa claridad,
tú que resplandeciste en vida con muchos y variados milagros
y desde la gloria medias para otorgar los auxilios divinos,
te ruego con profunda fe y total esperanza
que me ayudes y consigas de cielo este milagro
que tanto preciso para que mi vida mejore;
yo confío en Dios Padre con todas mis fuerzas
por ello pídele que ilumine mis caminos
y me otorgue la gracia que tanto deseo:
(pedir con mucha esperanza lo que se quiere conseguir).
Tu Clara, virgen dichosa, vaso de humildad,
tú que das esperanza y paz en el amor,
que proteges a los humildes y necesitados,
despeja, guía y acompáñame en mis caminos,
haz que mi deseo se haga realidad cuanto antes,
deposito mi fe en ti.
Santa Clara, llena de infinita bondad,
crea en todos nosotros un corazón limpio y puro como el tuyo,
y haz que, como tu dijiste:
“seamos vasos de amor compasivo de Dios para con los demás”.
Así sea.
Así sea.
Rezar nueve Avemarías, Padrenuestro y Gloria.
Hacer nueve días seguidos la oración y los rezos.
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