Todopoderoso y Eterno Dios,
Creador y Redentor de mi alma,
yo os doy gracias por haberme dado
en el humilde y bienaventurado san Isidro
un protector y abogado de todas mis necesidades,
Me duelo y arrepiento de todo corazón
y con toda el alma,
de cuantas ofensas he cometido
contra tu Divina bondad;
y espero que por la intercesión de este milagroso santo
me concedas la gracia de purificar mi alma de toda culpa
para que haciendo con devoción y provecho esta oración,
merezca obtener los favores que en ella solicito,
si es para gloria vuestra y bien de mi alma.
Amén.
Bienaventurado san Isidro,
que habitas hoy la celestial morada
en justo premio de tu singular piedad,
tu caritativa entrega y dedicación a tus semejantes
y tu santidad de vida,
sin que para practicar dichas virtudes
fueran obstáculo las ocupaciones
a que tenías que dedicarte afanosamente
para ganar el necesario sustento,
tanto para ti, como para tu hijo y venerada esposa,
santa María de la Cabeza.
Glorioso san Isidro, sencillo y humilde de corazón,
mira nuestras penas y sufrimientos
y nuestros esfuerzos por solucionarlos,
mira nuestras fatigas y nuestras carencias
que tanto nos desesperan y causan dolor,
y muéstrate bondadoso y ayúdanos a conseguir
el dinero y el buen trabajo o negocio del que hoy carecemos:
(pedir con esperanza lo que tanto se precisa)
Santo amigo de Dios,
te suplicamos que seas nuestro poderoso intercesor
para con el Altísimo,
a fin de que este divino Señor
se apiade de nuestras necesidades y las remedie
y, por un acto de su infinita bondad,
nos conceda vivir en paz en esta vida,
y que gocemos en la otra
las eternas delicias de la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
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