¡Oh milagroso y glorioso san Blas!
alma alumbrada del Señor,
que diste testimonio de tu entrega y amor a Jesús
y preferiste el martirio antes que renegar de tu fe.
¡OH, santo pontífice y mártir, esforzado de Dios!,
que hallaste delicias en la cueva,
obediencia en las fieras,
seguridad en los monstruos,
abundancia en los desiertos
convertiste a la fe de Jesucristo muchos gentiles,
y especialmente diste salud al que,
por tener atravesada una espina en la garganta
se ahogaba y perdía la vida,
y conseguisteis del Señor la gracia de ayudar
a todos los que en aquel o semejante trabajo te invocasen;
mira, pues, a los que con fe y devoción te llaman
y piden al Señor que te escogió y esforzó
e hizo tan glorioso en el cielo y en la tierra
que nos libre de estos males,
así como de terremotos, temblores y otras desgracias,
líbranos, aléjanos, glorioso san Blas
de persecuciones, de enemigos y malas personas,
de humillaciones y lenguas perversas,
de humillaciones y lenguas perversas,
de injusticias, traiciones y envidias,
y consíguenos con tu bondadosa intercesión
que seamos escuchados en nuestras suplicas
y que seamos atendidos en esto que tanto precisamos:
(hacer la petición).
¡Oh santo patrón bondadoso,
milagroso san Blas!,
milagroso san Blas!,
danos tu amparo y beneficio
en lo que con confianza pedimos,
y auxílianos en las dificultades de nuestra vida
para que por tu intercesión
seamos libres de los tormentos eternos.
Amén.
Rezar el Credo, tres Padrenuestros y Gloria.
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