Dios y Señor lleno de misericordia,
que a vuestro mártir San Sebastián
tan poderosamente le fortificasteis en la fe,
que por ningunas terrenas promesas,
ni amenazas, ni tormentos, ni saetas,
pudo ser de ella movido ni separado,
humildemente os rogamos
que por vuestros dignos merecimientos:
en nuestras tribulaciones tengamos ayuda,
en nuestras persecuciones y traiciones defensa,
en nuestros problemas y dificultades solución,
y, en todo tiempo,
humildemente os rogamos
que por vuestros dignos merecimientos:
en nuestras tribulaciones tengamos ayuda,
en nuestras persecuciones y traiciones defensa,
en nuestros problemas y dificultades solución,
y, en todo tiempo,
las asechanzas del adversario valientemente,
alejar enemigos, males y peligros
vencer al que nos quiere dañar,
alejar enemigos, males y peligros
vencer al que nos quiere dañar,
las difamaciones y malas lenguas menospreciar,
y los recelos, malos ojos y envidias rechazar.
Dios y Señor,
imploramos suplicantes tu misericordia
y por la intercesión del valiente mártir san Sebastián
concédenos aquellas gracias y auxilios
convenientes a nuestras presentes necesidades,
tanto espirituales como materiales o corporales,
en particular, te rogamos nos concedas:
(decir el favor que se quiere alcanzar)
así como todos los bienes que nos conduzcan
a nuestra eterna salvación,
para que finalmente podamos
alcanzar la gloria celestial.
Por nuestro Señor Jesucristo,
que contigo vive y reina
por los siglos de los siglos.
Amén.
Rezar el Credo, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Rezar el Credo, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
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