que por vuestra virginal pureza
fuisteis de tal modo amado por Jesús,
que os merecisteis el posar vuestra cabeza
sobre su Divino pecho,
y que recibisteis el más preciado de los regalos
y que recibisteis el más preciado de los regalos
cuando Cristo os encomendó el cuidado
de la Santísima Virgen María
como si fuera vuestra propia Madre...
Yo os suplico,
de la Santísima Virgen María
como si fuera vuestra propia Madre...
Yo os suplico,
San Juan discípulo amado,
me encendáis en el más vivo amor
a Jesús, vuestro amado Maestro
y a su santísima Madre María.
San Juan evangelista:
vos que con vuestros escritos
os elevasteis a las más grandes alturas
de la espiritualidad y del pensamiento,
vos que con vuestros escritos
os elevasteis a las más grandes alturas
de la espiritualidad y del pensamiento,
vos que sentisteis un amor incondicional,
puro y verdadero,
puro y verdadero,
vos que entendéis lo que es sufrir por amor
os suplico intercedáis ante el Señor
para que vuelva hacia mi
sus ojos misericordiosos,
y me ayude en mi vida sentimental,
que me dé desde el cielo consuelo y socorro
en mis amarguras y sufrimientos,
que me dé desde el cielo consuelo y socorro
en mis amarguras y sufrimientos,
concediéndome lo antes posible
el favor que tan desesperadamente preciso:
(hacer la petición)
San Juan testigo privilegiado,
también os ruego,
me otorguéis vuestra protección
y que me alcancéis del Señor,
que también yo,
con el corazón libre de afectos mundanos,
sea hecho digno de estar siempre
unido a Jesús cual fiel discípulo
y a María cual devoto hijo,
aquí en la tierra
para seguir siéndolo
después eternamente en el cielo.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
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