Madre Santa del Redentor, hija de Dios Padre,
Señora de la noche más buena y esperada,
que la luz que tú nos diste en esa ocasión gloriosa
sea el comienzo de una claridad que no se acaba.
María tú que diste a luz a aquel por quien todo fue salvado.
enséñanos a darnos a los demás y a compartir nuestro amor,
sea el comienzo de una claridad que no se acaba.
María tú que diste a luz a aquel por quien todo fue salvado.
enséñanos a darnos a los demás y a compartir nuestro amor,
por habernos dado al Niño que tienes en tus brazos,
ayúdanos a llevarlo a todos nuestros hermanos,
especialmente a los pobres, enfermos y necesitados,
siendo heraldos de amor, paz y esperanza.
Nuestra Señora, Santísima Madre amada,
ayúdanos a llevarlo a todos nuestros hermanos,
especialmente a los pobres, enfermos y necesitados,
siendo heraldos de amor, paz y esperanza.
Nuestra Señora, Santísima Madre amada,
que acunas en tus brazos a Jesús Niño:
hoy queremos tener un corazón de niño,
para acunarnos en tu cálido regazo
hoy queremos tener un corazón de niño,
para acunarnos en tu cálido regazo
y sentirnos amparados, a salvo y protegidos...
Santísima virgen, escucha nuestra suplica,
y aunque no hay pan en nuestra alforja,
no hay agua en nuestro cántaro,
Santísima virgen, escucha nuestra suplica,
y aunque no hay pan en nuestra alforja,
no hay agua en nuestro cántaro,
y no hay alegría en nuestros pasos,
tenemos ansias de amar a Jesús como tú lo amas.
Madre de bondad, Madre nuestra,
tenemos ansias de amar a Jesús como tú lo amas.
Madre de bondad, Madre nuestra,
llénanos de gracias, llénanos de dones,
tú que viviste día a día en la fe y en la esperanza,
danos consuelo y ayuda en nuestras aflicciones,
no permitas que suframos por amor,
pon remedio a nuestras diferencias y problemas,
haz que nuestro corazón no llore de pena
y que la angustia se aleje para siempre,
María, por favor, atiende nuestras desesperadas peticiones
y tiéndenos tu mano amorosa de Madre para solucionar:
no permitas que suframos por amor,
pon remedio a nuestras diferencias y problemas,
haz que nuestro corazón no llore de pena
y que la angustia se aleje para siempre,
María, por favor, atiende nuestras desesperadas peticiones
y tiéndenos tu mano amorosa de Madre para solucionar:
(especificar lo que se quiere conseguir).
Madre de Belén, bendice nuestras vidas
e inunda de felicidad el corazón y la mente
de quienes siguiendo la estrella,
hemos llegado hasta Belén.
Amén.
Rezar siete Avemarías.
Repetir durante siete días.
e inunda de felicidad el corazón y la mente
de quienes siguiendo la estrella,
hemos llegado hasta Belén.
Amén.
Rezar siete Avemarías.
Repetir durante siete días.
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