¡Oh gloriosa Margarita!,
verdadera perla que Dios, con su inmenso Amor,
recuperó de las manos del dragón infernal,
con vuestra admirable conversión, santa vida
y preciosa muerte,
y preciosa muerte,
un eficaz impulso a dejar la culpa,
practicando el bien, y huyendo del mal
y de toda su próxima ocasión.
Sierva dignísima del Señor,
desde el trono de la Gloria donde estas,
intercede por nosotros,
vuestros devotos,
aléjanos de los que con sus palabras
quieren difamarnos y hacernos daño,
de los que con sus obras y acciones
pretenden humillarnos y doblegarnos,
defiéndenos de las malas lenguas
de enemigos y adversarios,
defiéndenos de las malas lenguas
de enemigos y adversarios,
santa auxiliadora, socórrenos en esta adversidad
que nos llena de angustia y pesar:
(hacer la petición)
Entregada santa Margarita,
por tus lágrimas, ayunos y penitencias,
alcánzanos también de Nuestro Señor
la gracia de la sincera conversión del corazón,
del vivo dolor de nuestras culpas,
y, después de una santa vida
empleada a semejanza tuya,
en el amor a Jesús Crucificado por nosotros,
consíguenos una buena muerte
y la corona de gloria
en el seno de la eterna bienaventuranza.
Así sea.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
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