¡Oh, Glorioso San Cipriano!,
tú que fuiste defensor contra todo maleficio
de hombres y espíritus diabólicos,
de serpientes y animales venenosos
y de todo hechizo y hechicería,
defiéndeme, líbrame, protégeme
de todo mal y enemigo...
defiéndeme, líbrame, protégeme
de todo mal y enemigo...
yo te pido y te ruego
que me libres de todos los daños,
conocidos y por conocer
que me protejas de todo peligro
próximo o lejano,
que me protejas de todo peligro
próximo o lejano,
que desarmes a todos mis enemigos,
carnales y descarnados,
que me salves cuando sea perseguido,
que interpongas para con Dios,
tu influencia y santidad
para que ningún maleficio o influjo
me pueda dañar y afectar.
Concédeme poderoso San Cipriano
el ruego que te pido
para que así pueda seguir alabando
por siempre al Altísimo.
Que El me llene de paz,
Que El me llene de paz,
de justicia y de amor,
en medio de mis tribulaciones
y que un día nos encontremos todos
en el Reino de los Cielos.
Amén.
Rezar el Credo, tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.
Rezar el Credo, tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.
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